martes, 22 de julio de 2008

Ciudad Esmeralda

Escribir para intentar ahogar el llanto...no se si será buena idea, pero quizá funcione.

Sigo dando vueltas en mi noria particular, intentando no pensar demasiado, pero sin conseguirlo. Que sensación tan amarga el intento frustrado de ser mejor persona y conseguir justo lo contrario, cuando lo único que pretendes es no hacer daño a nadie y el fruto de ello es que cada día alguien sufre por tu culpa.

Intento pensar de manera positiva, creo que puedo con todo, mi malestar no es suficiente para hundirme, se que puedo soportar el dolor, eso no me asusta. Me asusta el que alguien pueda ser infeliz por mi culpa, el no tener en mis manos...o peor, el tener en mis manos evitar ese daño y no poder hacer nada, porque llega un momento en el que te tienes que plantear si tu felicidad o la del resto del mundo.

Ahí está el problema, ¿estoy dispuesta a sacrificar mi felicidad?, probablemente sí. Pero no se si la que habla soy yo, o es el miedo a dar el paso.

En cualquier caso, todos tenemos derecho a nuestros cinco minutos de pena y aunque la mía dure algo más... estoy segura de que tiene fecha de caducidad.



En un mundo utópico, o no... donde yo soy Dorothy, persiguiendo Arco Iris, los zapatos rojos que me calzo cada día son mis miedos, mis ambiciones, mis ganas de superarme, todo lo bueno y lo malo que forma parte de mi, las baldosas amarillas, mi camino, el camino hacia mis sueños, y la Ciudad Esmeralda, mi meta... En ese mundo de fantasía tan real como el despertador que suena cada mañana, me encuentro sumida ahora mismo, unas veces más animada y otras, como hoy, no tanto. Puede que tropiece algún día, pero me levantaré. Puede que lo que veais, no siempre os guste, pero nada será con mala intención...incluso puede que muchos os quedeis en mi camino, pero habrá sido un placer para mi haber recorrido un trocito con vosotros.



Cansada de pensar en el pasado y mucho más en el futuro, he dejado de llorar, aunque sólo sea un ratito. Seguro que mañana sadrá el Sol...y si no es así...¿a mi qué?, la lluvia a veces es más divertida.